lunes, 27 de mayo de 2013

Graduación 2º de Bachillerato 2013: discurso de Beatriz del Río (24-5-13)

Beatriz del Río, junto a un alumno de su tutoría (2ºDB).

Buenas tardes a todos, padres, compañeros, amigos…

Especialmente, buenas tardes a vosotros, alumnas y alumnos de 2º de Bachillerato.

A veces el periódico nos regala palabras reconfortantes. Hace unas semanas, Gustavo Martín Garzo ilustraba con destreza en El País que nadie nos puede quitar aquello que pertenece al mundo del encanto (no es literal, pero se parece bastante). Estas palabras-todo el artículo (1) en realidad- me llevaron directamente a vosotros y a nosotros, a todos los que hemos formado parte de estos días de instituto.

Aunque hablaba de cine y literatura como maná deseado, alimento del espíritu frente a la deslealtad que nos gobierna; una, que es caprichosa, lo entendió y extrapoló al sustento cocinado a fuego lento y racionado durante estos años que pronto serán aquellos y maravillosos; ‘el mundo del primer día’, ‘lo que aún es nuestro’, diría Martín Garzo.

‘El mundo del primer día’ se remonta en mi caso a vuestro 4º de ESO. Tutora de algunos de vosotros y profesora de Lengua de casi todos, iniciamos nuestro camino con cierta zozobra, y hoy aún son nuestras las broncas que sufristeis con mi habitual vehemencia; memorables enfados con Santiago por su cháchara, con Sara por sus retrasos, con Carmen por un examen, con Jéssica por sus faltas y con Cristian… sobre todo con Cristian… ¿dónde estará Cristian?

Explicaba aquel artículo que la palabra maná viene del hebreo y en origen consistía en una pregunta cargada de curiosidad y asombro: ¿qué es esto?, y de esa duda, de ese ¿qué es?, de ese maná suculento, se alimentaron los judíos durante su travesía en el desierto en busca de la tierra prometida.

El instituto fue la tierra prometida durante vuestros años de colegio; el título de la ESO o el de Bachillerato se convirtieron en nueva meta desde que entrasteis por primera vez en el centro.
No es momento de rememorar con detalle todo aquello que se ha instalado ya en el mundo del encanto, ese maná que habéis comido algunas veces con desconfianza, muchas por obligación y otras –únicas y maravillosas- por el placer de saborear ciertas delicatessen.

Valgan como muestra algunas perlas de este último curso.

¿Qué es esto? ¡Un morfema sin presencia que se representa con un cero!

¿Qué es esto? ¡Una prisionera que resulta ser una estatua de piedra!

¿Qué es esto? ¡Una protagonista de novela que muere solo de modo simbólico y, para colmo, muere dos veces!

¿Qué es esto que leo y estudio, y que poco tiene que ver con mis intereses?

MANÁ. Es MANÁ.

Alimento deseado y diverso, con sabor a literatura, matemáticas, biología, inglés, historia, geografía, química, latín…

Pero no solo quiero alabar los saberes o méritos académicos que habéis acumulado durante estos años; me gustaría pensar que en vuestra travesía habéis recogido verdaderas enseñanzas y no solo conocimientos. En otro artículo (2), este de hace algo más de un año, Martín Garzo decía:

‘El que narra […] posee enseñanzas para el que escucha. La enseñanza de La Bella y la Bestia es que hay que amar las cosas para que se vuelvan amables; la de La Bella durmiente que en cada uno de nosotros hay una vida dormida que espera despertar alguna vez; la de La Cenicienta, que lo que amamos es tan frágil como un zapatito de cristal […]. Peter Pan nos dice que la infancia es una isla a la que no cabe volver; […] y Alicia en el País de las Maravillas, que la vida está llena de respuestas a preguntas que todavía no nos hemos hecho.’

Estoy convencida de que con nuestros relatos habéis aprendido a amar, a despertar inquietudes y proteger lo frágil, a sellar etapas y buscar respuestas. Con esto, podemos sentirnos dichosos y satisfechos.

No me resisto a incluir aquí los versos tan repetidos de Kavafis (3):


Si vas a emprender el viaje hacia Ítaca,

pide que tu camino sea largo,

rico en experiencias, en conocimiento.


Este ha sido un largo periplo hacia Ítaca, el éxodo hasta la tierra prometida.

Es cierto que en este recorrido han faltado algunos aspectos que creíais imprescindibles: vuestra promoción se quedó sin viaje de fin de curso en 4º de ESO y en 1º de Bachillerato (¡por motivos que todos preferimos no mencionar!); pero también ha sido una generación única y llena de talento: de aquí salieron los primeros actores de nuestra asignatura de teatro (Laura, Luna, Daniel…), cantantes ilustres que alegraron más de una sesión de tutoría (sí Pablo, me refiero a ti), grandes mediadores siempre dispuestos a la conciliación como Javier o Mateo, defensores de las ideas más peregrinas que imaginárseles pudiera (Sara, Santiago, Daniel –¡Ay, Daniel, lo que nos escandalizaste con tu percepción de la tolerancia en 4ºde la ESO!), o los ocurrentes miembros del Baena Team, que invirtieron tiempo e ingenio para demostrar afecto y admiración por su profesor de Historia, Pablo Baena.

Pero ahora que evocamos con cariño vuestros miedos y esperanzas durante los años de Secundaria o esas primeras semanas de instituto en las que veíais metas lejanas e inalcanzables y hoy conseguidas; quiero recordaros que lo verdaderamente valioso no es la tierra prometida, no es Ítaca, no es el título de Bachillerato. El auténtico tesoro es el maná y el peregrinaje, es la senda y el sustento, es la curiosidad constante para vivir y aprender del trayecto que aún os espera.

Nutríos y disfrutad del camino: sed felices.

Apropiaos de los consejos que José Agustín Goytisolo (4)  dedicó a su hija Julia:

[…] Tu destino está en los demás
tu futuro es tu propia vida
tu dignidad es la de todos. […]
Nunca te entregues ni te apartes 
junto al camino, nunca digas
no puedo más y aquí me quedo.

La vida es bella, tú verás
como a pesar de los pesares
tendrás amor, tendrás amigos.

Por lo demás no hay elección
y este mundo tal como es
será todo tu patrimonio.
Perdóname no sé decirte 
nada más pero tú comprende
que yo aún estoy en el camino. […]


Muchas gracias y buena suerte,

Beatriz.




NOTAS:

1- Una casa de palabras, artículo de Gustavo Martín Garzo, publicado en El País el 8 de enero de 2012.
2- Lo que aún es nuestro, artículo de Gustavo Martín Garzo, publicado en El País el 28 de abril de 2013.
3- Kostantino Kavafis, Ítaca, (1911).
4- José Agustín Goytisolo, Palabras para Julia, (1979).

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